martes, 8 de febrero de 2011

ILUSTRANDO A LAS MASAS

Sí, sí, sí... Que este es mi blog, personal e intransferible. Que no sólo es de un selecto que defecas, sino que es de una espatarrante y apabullante perfección que roza lo divino. Claro que no me voy a molestar en editarlo, que para eso tenemos en casa a toda una redacción de licenciados/as en Periodismo y un par de ingenieros informáticos que se encargan de ello. Para que luego se nos acuse a los ricos de egoísmo y no contribuir a la creación de empleo. Eso sí, es norma de los Diagonal el brindar oportunidades a los jóvenes, que así nos salen más baratos. Vamos, que con el mileurismo por bandera, la cosa nos sale de lo más apañadita. O sea, tú, que ya empiezo a ilustrar a las masas aunque no se dejen.
Cosa rara, ésta de ejercer una especie de apostolado... Mis íntimos amigos Fito Soldevila y Beto Ganduxer están un tanto alucinados, porque no le acaban de ver el provecho que pueda yo obtener de cosa tan sacrificada. Pero esa ya es otra historia...

lunes, 7 de febrero de 2011

TOMAR EL RELEVO


La vida es dura incluso para nosotros los ricos de morirse. Con nosotros no pueden las crisis económicas. De hecho, salimos fortalecidos. Debe ser, como diría mi llorado tío y mentor, una especie de efecto homeopático. Está claro, como dice la gente vulgar, a lo Belén Esteban, que lo que no te mata, pues como que te engorda. O sea que la obesidad se para a la puerta de los bancos. Ya sabéis que, incluso entre los miembros de las clases superiores, nunca se está demasiado delgado ni nunca se es demasiado rico. Es un axioma. ¿Y qué es un axioma? Pues es aquella verdad empírica que no necesita demostración. ¿Entendido?

Bueno, estábamos en que uno salía a la palestra pública, tomando el relevo al más ilustre de los próceres que, en los tres últimos decenios, han aleccionado a las gentes de cualquier pelaje ideológico y condición socioeconómica. Me refiero a mi querido tío Tito B. Diagonal. Dios se lo llevó al Cielo. Desde allí, un lugar en el que no desentonará, porque aquí, en este valle de lágrimas vivió divina y celestialmente, seguro que velará por todos nosotros.
Bueno, me llamo Luis Eduardo Diagonal y de los Gazules. Soy joven, asquerosamente rico, y siempre he sabido disfrutar de la vida. Más, hete aquí, que fiel a mi linaje, me dispongo a ejercer el magisterio de vida y costumbres que se espera de un Diagonal varón. Me viene de casta, claro. Vamos, que alguien tiene que marcar la senda por dónde circularán los unos y los otros. Ahora que hay tanta confusión… Que si los parados, que si Egipto, que si algunos se han propuesto que se les atragante el faisán a más de uno… Pues nada, majetes y majetas, que aquí está Luis-Edua (que así me llaman en la intimidad y en círculos restringidos) dispuesto a poner los puntos sobre las íes.
Así es que, ¡va por ti, tito Tito!