Sí, sí, sí... Que este es mi blog, personal e intransferible. Que no sólo es de un selecto que defecas, sino que es de una espatarrante y apabullante perfección que roza lo divino. Claro que no me voy a molestar en editarlo, que para eso tenemos en casa a toda una redacción de licenciados/as en Periodismo y un par de ingenieros informáticos que se encargan de ello. Para que luego se nos acuse a los ricos de egoísmo y no contribuir a la creación de empleo. Eso sí, es norma de los Diagonal el brindar oportunidades a los jóvenes, que así nos salen más baratos. Vamos, que con el mileurismo por bandera, la cosa nos sale de lo más apañadita. O sea, tú, que ya empiezo a ilustrar a las masas aunque no se dejen.
Cosa rara, ésta de ejercer una especie de apostolado... Mis íntimos amigos Fito Soldevila y Beto Ganduxer están un tanto alucinados, porque no le acaban de ver el provecho que pueda yo obtener de cosa tan sacrificada. Pero esa ya es otra historia...